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Informática en salud: ¿Qué es y por qué me interesa?

Con la evolución y el crecimiento del volumen de la información en la industria de la salud, los cambios en la administración de la atención y las necesidades manifiestas causadas por la pandemia COVID-19, queda claro que la introducción de las tecnologías de la información en salud es una realidad patente que no tendrá regreso a la ‘normalidad’.

Y no solo es una realidad, sino que cualquiera que maneje el tema se dará cuenta que la adopción de tecnología en la industria de la salud es más bien una necesidad. Junto con estos apuros de adopción, aparece también la necesidad de ‘actores’ que tengan las competencias y habilidades necesarias para ayudar a que este proceso sea menos complejo para las organizaciones de salud. 

Hasta hace poco, las actividades de informática en salud en la mayor parte de las organizaciones, eran delegadas a profesionales del área de la ingeniería o licenciatura en informática, quienes se encargaban del espectro comprendido desde la gestión de compra de hardware y software hasta la instalación y mantenimiento de redes y la resolución de problemas derivados. Los llamados servicios de tecnologías de la información eran básicamente silos que daban “mantenimiento” a las máquinas y al software.

Actualmente, se requiere de personas que tengan conocimientos técnicos y habilidades en diferentes disciplinas: informática, procesos, administración, gestión de proyectos, salud, investigación y analítica entre otros no menos importantes. En algunos países, estas personas son conocidas como Gerentes de Informática Médica (o CMIO – Chief medical informatics officer por sus siglas en ingles).

Así, nace la informática en salud. La definición más aceptada para esta disciplina es la que la American Medical Informatics Association nos brinda, la cual es:

«Informática biomédica es el campo científico interdisciplinario que estudia y persigue el uso efectivo de datos, información y conocimientos biomédicos, para la indagación científica, la solución de problemas y la toma de decisiones, motivada por los esfuerzos para mejorar la salud humana» 

American Medical Informatics Association

Notaremos que la definición se refiere a la “informática biomédica”. Cuando hablamos de informática en salud tenemos que referirnos a diferentes disciplinas cuyo ámbito de aplicación va desde la genética hasta la analítica de datos en salud, pasando por la clínica, la investigación y la academia.

Nos centraremos para el propósito de este artículo en la informática en salud clínica, donde los actores más importantes son el personal de enfermería y los médicos, y en este contexto, enfocarnos en la premisa más importante: la informática en salud debe centrarse en mejorar la salud de las personas, no en la informatización de la atención.

El surgimiento de la medicina centrada en el paciente, la medicina personalizada y la calidad y la seguridad de la atención médica, nos obligan a poner atención en la estandarización de procesos de atención, el registro de información de calidad, el almacenamiento seguro de la información y el adecuado uso secundario de la misma y la informática en clínica juega un papel preponderante para asegurar estos aspectos.

El médico y la enfermera son los usuarios centrales de los sistemas de información en las organizaciones de salud y por lo tanto, el centro de la actividad de la informática clínica ya que son los proveedores del “know-how” en cuanto a procesos hospitalarios.

El involucramiento de estos actores en el “timing” para digitalizar una organización, el desarrollo de procesos de atención estandarizados, la evaluación de proveedores de tecnología en salud y la gestión del cambio para la adopción son fundamentales. La adquisición de conocimientos de sistemas (en su concepción holística), de informática y de gestión los pueden convertir en la piedra angular en la que se funde la digitalización.

Una vez adquiridos los conocimientos, serán los “campeones” que desde adentro, llevarán los hilos que aseguren todo el proceso de digitalización a un buen puerto. De la misma manera, cuando los conocimientos de sistemas de los profesionales de la informática sean enriquecidos con información de procesos clínicos y entiendan las necesidades de los clínicos, entonces se logrará un ecosistema de entendimiento interno que habla el mismo idioma y que tiene objetivos comunes bien definidos.

Sin entrar en discusiones disciplinares o filogenéticas, estos personajes, con competencias multidisciplinarias, son los informáticos de la salud, quienes tendrán papeles muy específicos para cumplir con la definición mencionada al principio del artículo asegurando que la tecnología en salud sea usada para el principio básico: la salud.

Entonces, ¿de qué se ocupan en forma concisa?

  1. Apoyan a la organización a decidir el momento más propicio para iniciar la digitalización. 
  2. Definen correctamente las necesidades reales de la organización en cuanto a digitalización.
  3. Aseguran obtener una herramienta que ayude a mejorar los procesos y asegurar la calidad de la información (entendiendo que las aplicaciones no solucionan problemas humanos per sé).
  4. Establecen la mejor opción para el uso de estándares de registro, almacenamiento y uso secundario de los datos. 
  5. Participan en la gestión del cambio haciendo patentes sus conocimientos y realizando transferencia efectiva de los mismos. 
  6. Establecen patrones de gestión del cambio para vencer de manera no coercitiva la inercia natural de resistencia al cambio. 
  7. Soportan la toma de decisiones de la administración para la planeación correcta de la digitalización.
  8. Establecen parámetros de innovación coherentes con el entorno.
  9. Moderan la discusión clínica y la convierten en propuestas para la mejora.
  10. Sustentan el cambio en paradigmas de gobierno de datos.
  11. Aseguran el uso secundario de datos para la toma de decisiones.
  12. Colaboran como facilitadores en el uso de la tecnología en el punto de atención.
  13. Establecen iniciativas para la estandarización de procesos clínicos y administrativos intercurrentes.
  14. Vigilan la adopción de las tecnologías y la evaluación de las mismas.

Podemos extendernos interminablemente en los papeles múltiples de estos personajes, pero lo que debe quedar claro, es que en la actualidad, las organizaciones que pretendan avanzar y “montarse en la inefable ola de la digitalización en salud”, requieren apoyarse en el informático clínico para que sus iniciativas no se conviertan un uno más de los fracasos de adopción, que son tan frecuentes como iniciativas existen, debido a que el éxito no se basa en la finalización de la implementación de un sistema, sino en los resultados objetivos a largo plazo de una implementación, y de nuevo: los resultados en la salud de las personas que atienden.